sábado, 14 de julio de 2007

Observador Silencioso

Podría describirla toda y nunca me cansaría

Podría inclusive dibujarla con mis ojos cerrados

Y es que la conozco tanto, con total garantía

Desde sus días alegres hasta sus más pesados


La admiro completamente, de eso no hay duda

Por la cual la veo, la observo día tras día

En mis días malos, sólo pensarla me ayuda

Ella es la pura ánima, de la vida mía


Me vuelve loco hasta decir no más

Lo único que me preocupa es su felicidad

Si por mi fuere, no sufriría jamás

Ya que para mí, ella es toda una deidad


Sus ojos dulces que apaciguan mi alma

Su respiración ligera que me trae calma

Su manía de acomodar, con dos dedos su cabello

Un gesto glamoroso, digno de un ser tan bello


El timbre de su voz al decir gracias y por favor

Y su tierna mirada: Un conjunto matador

La curva pronunciada por sus brazos al caminar

Una parábola perfecta que por ley he de mirar


Podría seguir detallándola; aún dura mi obsesión

Pero de allí a que ella me quiera, no es mi decisión

No soy capaz de hablarle, lo que por escrito sentencio

Sólo me queda admirarla, y observarla en silencio

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tonces hugo q mas, bien el poema, tres bien, sigue asi.


^-^

Anónimo dijo...

firme viejo Hughs. Sigue inspirandote asi. Estaré esperando tus libros en la librería...

Anónimo dijo...

no creo q haya amor tan puro como para no ser correspondido!!!
quizas las cosas deben pasar cm tnn q pasar pero nosotros le damos rumbo a nuestro destino y en cosas cm estas, de tu silencio mas addelante puedes arrepentirte